viernes, 8 de agosto de 2014

Detección de necesidades afectivo emocionales


·         ¿Cuáles son los factores que afectan al apego

Se piensa que una de sus causas sea el grave trastorno de los patrones normales de  comunicación afectiva entre el cuidador y el niño pequeño. En particular, suelen manifestarse cuando los cuidadores se comportan de manera hostil e invasiva con los niños o cuando los cuidadores mismos se apartan o muestran temor. Tales comportamientos son comunes cuando predomina la discordia matrimonial, cuando el cuidador padece de una enfermedad mental o cuando el niño es víctima de abandono o abusos. Se sabe que la pobreza constituye un factor de riesgo, probablemente porque agudiza dichas condiciones. Las investigaciones recientes indican que en el desorden de las relaciones de apego existe una interrelación entre las características innatas de los niños y las diferencias de los estilos de cuidado.

El apego del niño pequeño es decisivo, tanto por el lugar que ocupa al inicio de los caminos del desarrollo como por su relación con numerosas funciones evolutivas cruciales: la afinidad social, la modulación de los estímulos, la regulación emotiva y la curiosidad, por nombrar solamente algunas de ellas. Las experiencias de apego siguen teniendo, incluso dentro de una perspectiva tan compleja, vital importancia para la formación de la persona.

·         ¿Qué se manifiesta en la forma de interacción del cuidador que afecta la calidad del apego del bebé?

La capacidad biológica de vincularse y crear apego es ciertamente determinada biológicamente. El impulso de sobrevivir es algo básico en todas las especies. Los infantes nacen indefensos y tienen que depender de un cuidador adulto para su sobrevivencia. Es en el contexto de esta dependencia primaria, y de la respuesta materna a la misma, que se desarrolla una relación. Este apego es crucial para la sobrevivencia del infante.

Una madre emocional y físicamente saludable se sentirá atraída a su bebé – tendrá el deseo físico de olerlo, abrazarlo, mecerlo, arrullarlo y mirarlo detenidamente. El niño a su vez le responderá acurrucándose, balbuceando, sonriendo, chupando y agarrándose a ella. En la mayor parte de los casos, las conductas de la madre son placenteras, consoladoras y nutrientes para el bebé, y las conductas del infante causan placer y satisfacción a la madre. Es en este círculo de retroalimentación recíproca positiva, esta danza entre la madre y el infante, donde se desarrolla el apego.
Por lo tanto, a pesar del potencial genético para formar vínculos y apegarse, es la naturaleza, cantidad, patrón e intensidad de las experiencias en la vida temprana lo que permite la expresión de ese potencial genético. Sin unos cuidados predecibles, sensibles, nutrientes y sensorial mente enriquecidos, el potencial del infante para poder vincularse y crear apego normales, no podrá materializarse.

·         ¿Cuál es la relación entre el apego y el desarrollo de la personalidad posterior en el niño?

En resumen sostiene que el sistema de apego está compuesto de tendencias conductuales y emocionales diseñadas para mantener a los niños en cercanía física de su madre o cuidadores.
Formas de apego
Las formas de apego se desarrollan en forma temprana y poseen alta probabilidad de mantenerse durante toda la vida. En base a como los individuos responden en relación a su figura de apego cuando están ansiosos, Ainsworth, Blewar, Waters y Wall, definieron los tres patrones más importantes de apego y las condiciones familiares que los promueven, existiendo el estilo seguro, el ansioso-ambivalente y el evasivo.

• Los niños con estilos de apego seguro, son capaces de usar a sus cuidadores como una base de seguridad cuando están angustiados. Ellos tienen cuidadores que son sensibles a sus necesidades, por eso, tienen confianza que sus figuras de apego estarán disponibles, que responderán y les ayudarán en la adversidad. En el dominio interpersonal, las personas con apego seguro tienden a ser más cálidas, estables y con relaciones íntimas satisfactorias, y en el dominio intrapersonal, tienden a ser más positivas, integradas y con perspectivas coherentes de sí mismo.

• Los niños con estilos de apego evasivo, exhiben un aparente desinterés y desapego a la presencia de sus cuidadores durante períodos de angustia. Estos niños tienen poca confianza en que serán ayudados, poseen inseguridad hacia los demás, miedo a la intimidad y prefieren mantenerse distanciados de los otros.

• Los niños con estilos de apego ansioso-ambivalente, responden a la separación con angustia intensa y mezclan comportamientos de apego con expresiones de protesta, enojo y resistencia. Debido a la inconsistencia en las habilidades emocionales de sus cuidadores, estos niños no tienen expectativas de confianza respecto al acceso y respuesta de sus cuidadores.

La organización segura guardaba relación con la sensibilidad de la madre a las señales del infante, mientras que las dos formas de organización de apego inseguro/indiferente-evitativo y el abiertamente ansioso ambivalente/resistente están relacionadas, respectivamente, con rechazo materno y falta de credibilidad de la madre.

·         ¿Qué consecuencias en el desarrollo emocional tiene un bebé que carece de cuidados?


Factores influenciables en el apego
Infante: La “personalidad” o temperamento del niño influencia la vinculación. Si un infante es difícil de calmar, irritable o poco responsivo, comparado con uno tranquilo, que pueda calmarse solo, se le hará más difícil desarrollar un apego seguro. La habilidad del infante de participar en la interacción materno-infante puede verse en riesgo debido a alguna condición médica, tales como ser prematuro, defectos de nacimiento o enfermedad.
Cuidador: Las conductas del cuidador pueden afectar negativamente la vinculación. Padres que critican, rechazan e interfieren, tienden a tener hijos que evitan la intimidad emocional. Padres abusivos tienden a tener hijos que, al sentirse incómodos con la intimidad, se retraen. Es posible que la madre del niño no sea sensible a su hijo debido a depresión, abuso de sustancias, porque se sienta abrumada por problemas personales, u otros factores que puedan interferir con su habilidad de ser consistente y nutriente con el niño.
El ambiente: Un impedimento importante a la formación de un apego saludable, es el miedo. Si un infante se siente angustiado por un dolor, amenaza persuasiva o un ambiente caótico, se le hará difícil participar, aún en una relación de cuido amorosa. Infantes o niños que viven en ambientes de violencia doméstica, refugios, violencia comunal o en zonas de guerra, son vulnerables a desarrollar problemas de apego.
Acoplamiento: El “acoplamiento” entre los temperamentos y capacidades del infante y la madre es crucial. Algunos cuidadores pueden sentirse muy bien con un infante tranquilo, pero sentirse abrumados por uno irritable. El proceso de prestar atención, leer las señales no verbales, y responder a las mismas en forma apropiada, es esencial para mantener experiencias de vinculación que resulten en apegos seguros. A veces el estilo de comunicación y respuestas con que la madre está familiarizada, por sus otros hijos, puede ser que no se ajusten a su nuevo bebé. La frustración mutua de estar fuera de sicronización puede afectar negativamente la vinculación.